Imagínate que tu hija que vive con vos,
esta noche no vuelve a casa
imagínate que vas a hacer la denuncia
y la policía se te mata de risa
imagínate que vas a la justicia
y la justicia se hace la que no te escucha
imagínate que vivís donde el narcotráfico y sus dividendos
es tan habitual, que todos cobran una renta
sin trabajar, solo por callar…
Imagínate que te desesperas
Que le pones parlantes en el techo de tu auto
y salís por las calles de San Lorenzo
llamando a tu hija, pidiendo que te devuelvan su cuerpo
imagínate que te entran a robar a tu pobre taller
y te roban solo los parlantes con los cuales gritas pidiendo justicia
Imagínate que tu hija te dejó en tu casa
dos nietos de 1 y 5 años
que cuando volvés te preguntan
¿Y mamá? ¿Y mamá?
imagínate que todos saben lo que pasó
y miran para otro lado
porque los medios de comunicación están comprados
porque la policía es cómplice
porque la justicia cobra de la “caja negra” del narcotráfico
y que el mismo narcotráfico, compra el poder político,
que cómplice calla…
Imaginate que el mismo juez de la causa,
mientras excavan buscando a tu hija muerta
dice “yo no se porque la buscan aca,
si la quemaron en los hornos de IDM”
Imaginate que vas a un acto oficial,
y tenes vos más custodia que el gobernador,
porque dicen que te cuidan,
pero vos sabes que no quieren que llegues con tu carta al Presidente…
Imaginate que viene el intendente de tu ciudad
y un alto funcionario de la Provincia,
y le decis que si te dan una casa en Carlos Paz,
un auto de alta gama, y una lancha,
te olvidas de todo, y ves como se relajan…
pensando que ya esta todo solucionado,
y cuando escuchas que te dicen “bueno”
te das cuenta que son todos socios,
que están todos comprados…
y en ese mismo instante, los sacas sonando de tu casa…
Imaginate que sos Perassi un rato
Dale, yo te invito…
ponete en sus pantalones un rato…
ponete su chaleco antibalas un rato…
Si tenes coraje…
Por Mariano Ludueña Alfonso
Abogado referente en lucha por los DDHH, contra la violencia de genero, abusos de niños, narcotráfico, y un eterno buscador de justicia.
Que se le arrugó el corazón, cuando le dió la mano a Perassi.-