Por: Jairo Straccia
La lista oficial de los mayores compradores de dólares durante el gobierno de Mauricio Macri está en manos de Cristina Fernández de Kirchner y es el corazón de lo que viene en la impredecible saga de la negociación con el Fondo Monetario Internacional y las distintas vertientes de la alianza de gobierno.
Tras la renuncia de Máximo a la jefatura del bloque de diputados del Frente de Todos en disidencia con el principio de acuerdo, la próxima jugada de la vicepresidenta y su hijo es plantear que sean quienes “se beneficiaron” de ese préstamo los que hagan el mayor esfuerzo para devolverlo. Toma forma una especie de agenda paralela a las tratativas que llevó el Palacio de Hacienda y fueron tan cuestionadas en la carta de salida del flamante legislador raso.
“La línea que se bajó ahora es instalar el debate sobre quién paga la deuda”, explica uno de los diputados que integra la Comisión Bicameral de Seguimiento de la Deuda Externa, que preside el senador oficialista José Mayans, y que ha vuelto a tener más actividad en los últimos días. Ahí surgirán novedades disruptivas para el discurso dominante de la Casa Rosada, otro desafío para el Alberto Fernández que tuvo que admitir que quien lo eligió para el cargo “tiene matices” pero que -en definitiva- el presidente es él.
“La Bicameral” es un órgano legislativo que se había reactivado en 2020 luego de que el Presidente pidiera -en la apertura de sesiones de entonces- que se investigara la fuga de capitales durante la administración anterior. Así fue que el Banco Central realizó el informe “Mercado de Cambios, Deuda y Formación de Activos Externos 2015-2019”.
Un dato de ese trabajo había quedado en la cabeza de los referentes del Instituto Patria. Los 100 que más divisas compraron en esos cuatro años se llevaron US$ 24.679 millones, más de la mitad de los US$ 44.500 millones que el FMI terminó girando cuando se cortó el crédito internacional tras dos años de una fiesta de deuda y liberalización del flujo de capitales financieros.
Pero con el dato agregado, no se hace nada, entendieron en el kirchnerismo duro. Ya en mayo de 2020, el periodista Horacio Verbitsky había escrito “Los 100 de Macri” y “Ahora las personas”, dos artículos en el portal El Cohete a la Luna donde había enlistado a las personas y empresas que se habían dolarizado más en esos cuatro años. Pero para tomar medidas como las que ahora están en estudio, la Comisión necesitaba la información oficial.
Diario Con Vos pudo confirmar que el Banco Central ya giró el material confidencial en dos envíos. El primero, a mediados de 2021. El segundo, tras un pedido extra, se completó con en noviembre pasado.
En concreto, los legisladores recibieron el detalle del Régimen Informativo de Operaciones de Cambio (RIOC) de esos años. Se trata de un registro ultra sensible porque hace a la privacidad de los actos económicos protegidos por la ley de datos personales.
Por eso, fuentes oficiales subrayan que sólo una sola persona del banco tuvo acceso a esa base de datos, la copió en un pen drive y la mandó a la comisión que responde a Cristina en un sobre lacrado bajo estrictas normas de seguridad. Además de Mayans, integran la Bicameral Itaí Hagman, Rodolfo Taihlade, José Luis Gioja y Oscar Parrilli, además de representantes de la oposición.
Deuda por deuda
Así, mientras los equipos técnicos del Gobierno y el Fondo intentan pulir los memorandos definitivos antes del 22 de marzo, cuando caigan los vencimientos de la muerte, en otra galaxia varios diputados trabajan sobre la lista concreta de esos compradores de dólares, con nombre y apellido. Las principales espadas económicas de la vicepresidenta analizan de qué manera se puede hacer recaer sobre esas personas y sus empresas el peso del pago al FMI.
Una primera alternativa en estudio es cruzar las compras de moneda extranjera de las personas y las empresas -que fueron todas operaciones legales- con las deudas en moneda extranjera que esas compañías hubieran contraído, de manera tal de poder encontrar algún mecanismo por el que se les pueda “descontar” esas divisas que adquirieron de los pedidos que ahora le hacen al Banco Central para cumplir con sus obligaciones y que presionan en las maltrechas reservas internacionales.
“Si tenés dólares, no me los vengas a pedir a mí”, es la explicación que dan en este ala del Frente de Todos. De esa manera, agregan, sería una forma de linkear directamente a los “ganadores” del endeudamiento que terminó en el FMI con la meta de acumulación de reservas que impone el acuerdo con el organismo. Se calcula que durante la era Macri, las empresas se endeudaron en el exterior por US$ 18.000 millones. Ya en 2020 el BCRA había obligado a las compañías a renegociar una parte de sus vencimientos.
El famoso puente
La otra alternativa incluye a la Administración Federal de Ingresos Públicos. La idea sería cotejar las operaciones en el mercado de cambios con las declaraciones juradas de Bienes Personales de cada uno de esos años.
“Se puede detectar si hay incongruencias con sus activos declarados tanto en el país como de lo que haya en el exterior”, se entusiasman en la Comisión los que recibieron el sobre lacrado del BCRA. “Ante inconsistencias, en ese caso se puede actuar de otra manera”, explican.
La AFIP viene manteniendo reuniones técnicas con el FMI para mejorar la recaudación. Es parte de la apuesta al “fortalecimiento tributario” al que hizo mención el ministro de Economía, Martín Guzmán, al presentar el entendimiento donde busca congeniar una baja del déficit y recorte de subsidios con un discurso que excluya la palabra ajuste.
Una idea es cruzar la lista de los que más se dolarizaron con las empresas que más se endeudaron para retacear las divisas para los pagos.
En el organismo que conduce Mercedes Marcó del Pont subrayan que el intercambio automático de datos con organismos de 90 países es clave para detectar cuando hay activos que no fueron debidamente declarados ante la AFIP o cuando las cuentas en el exterior sí fueron declaradas pero por montos menores de lo que informan los registros que llegan de bancos de Suiza o Estados Unidos, por ejemplo.
Con la lista de compradores en su poder y la intervención de la AFIP, la vicepresidenta sueña con empezar a darle cuerpo a aquella frase del 10 de diciembre, cuando la pimpineleó en público con Alberto y le dijo: “Presidente, comprométase que cada dólar que encontremos en el exterior se lo vamos a dar al Fondo, de los que la fugaron, que se la llevaron para no pagar impuestas. Que sea un puente de negociaciones”.
Secretos y relatos
Entre los diputados del FdT reconocen que en términos de montos el aporte de esta estrategia tal vez no sea significativo, pero -dicen- tiene un peso simbólico importante. Si “esa deuda no la vamos a pagar con el hambre del pueblo”, como cantaban los pibes de La Cámpora, tiene lógica que su fundador no busque los votos para un acuerdo que sube tarifas y enfría la economía sino que se abstenga o vote en contra pidiendo que se pague, en cambio, con los dólares de los ricos. “Es un gesto de que busca que se hagan cargo del acuerdo con el Fondo los que se la llevaron”, aseguran desde esa visión del mundo.
Luego de patear el tablero el lunes pasado, Máximo defendió el martes su decisión ante su entorno en el Parlamento. Cree que pueden llegar a 40 los diputados que no levantarán la mano si en algún momento una carta de intención aterrizara en el recinto, algo que ya nadie sabe si va a ocurrir. Fue en ese marco que junto a su madre coincidió en avanzar con esta nueva agenda. Sería otra forma de “corregir” el pacto con el Fondo, por citar las palabras que usó el diputado Leopoldo Moreau al criticar lo convenido en materia de déficit, emisión y tasas de interés.
Otra alternativa es cotejar la información con las declaraciones de cuentas en el exterior. La AFIP tiene intercambio automático con 90 países.
Todos suponían que no hay lugar ya para enmiendas, pero los dichos de Alberto en Moscú de buscar “menos dependencia” con Estados Unidos y de la número uno del Fondo, Kristalina Georgieva, de que todavía queda trabajo por hacer, entusiasman a los exégetas de Máximo, que dicen que su movida puede ayudar a que el Gobierno pida algo más en la discusión.
De todas formas, asoman una serie de problemas asociados con la planilla que llegó con firma del BCRA al despacho de Cristina. Por un lado, pueden aparecer hombres de negocios con una historia muy cercana al mundo Kirchner, algo que complicaría la linealidad del relato de ellos y nosotros. Al mismo tiempo, apuntar a la dolarización de los fugadores en el macrismo gatilla el recuerdo de lo que la propia vicepresidenta contó en su libro Sinceramente: que por temor a las políticas de Cambiemos mandó a pasar a dólares en una caja de seguridad todos sus plazos fijos en pesos. O sea fugó.
Además, aparece otro límite: ¿hasta dónde no puede estar afectando el secreto bancario con el uso de esta información si se trata de todas actividades legales y su levantamiento no es pedido por un juez en la investigación de un presunto delito? Si hubiera algún indicio de evasión es una cosa, pero de lo contrario, ¿puede una Comisión del Congreso difundir quién compró dólares y puede un gobierno adoptar medidas en línea con eso?
En el kirchnerismo aseguran que podrían hacer algún cambio en ese marco jurídico si hiciera falta. Pero citan antecedentes para una movida de este tipo. Están compartiendo la versión PDF de lo que consideran un caso testigo: el informe Fuga de Divisas en la Argentina que elaboró una Comisión Especial de Diputados en 2001, también con nombres y apellidos. Flacso y la Editorial Siglo XXI lo transformaron en un libro en su momento. Hoy solo se consigue si se manda a pedir a un depósito de Barracas.
Fuente: Diario Con Vos