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Una pareja argentina que viaja en combi al Mundial de Qatar pide ayuda

Una pareja argentina que viaja en combi al Mundial de Qatar pide ayuda

Federico y Justina son ingenieros, renunciaron a sus trabajos y emprendieron el recorrido de sus vidas, pero a mitad de camino surgieron inconvenientes.

Federico y Justina son ingenieros, tienen 32 años, y dejaron sus trabajos para cumplir un sueño juntos en el viaje de sus vidas: llegar por tierra a Qatar para compartir el Mundial, seguir a su ídolo Lionel Messi y a la Scaloneta. Pero antes del último tramo del camino, en la puerta de entrada a Asia, se encontraron con que el país anfitrión cambió las reglas y no les permiten ingresar. Por eso, a la distancia, están pidiendo ayuda a las autoridades, a la Embajada, a la Asociación del Fútbol Argentino, a quien pueda darles una mano.

“A menos de dos meses del Mundial nos dijeron que no se puede entrar en auto. Invertimos todo bajo las condiciones que había en un principio, pero con estas condiciones nuevas nos dejan afuera. Tenemos entrada, tenemos todo. Salimos en abril y nos dejan afuera a menos de dos meses del Mundial”, le cuenta Fede a Olé desde Bulgaria.

“Otra gente nos escribió, están en la misma situación. Arrancamos viaje con la misma idea. Qatar abrió las puertas para el Mundial, averiguamos todo, y en septiembre salió un comunicado poco claro que dice que va a estar prohibido el ingreso de vehículos extranjeros”, agrega.

La pareja hizo “una pausa vocacional” y llegó el 26 de abril desde Argentina a España. En Barcelona compraron una combi y partieron rumbo a Francia, donde Fede tiene una hermana e hicieron escala para arreglar y equipar la combi. Luego pasaron por Suiza, donde el vehículo sufrió un problema mecánico y tuvieron que pagar “un montón de plata en el lugar más caro del recorrido” para poder seguir viaje por la costa oeste de Italia.

“En Croacia empezamos a buscar trabajo para inyectar dinero. Trabajamos los dos un mes en un restaurant, Justi en la cocina y yo en las mesas. Recorrimos Croacia, luego Montenegro, Albania, Macedonia y Bulgaria. Los paisajes increíbles. De Italia, España y Francia teníamos una idea, pero entrando a Croacia nos sorprendimos de la belleza de las playas y las montañas”, cuentan.

“En los Balcanes además, muy amables y receptivos. La generosidad de la gente te sorprende, te dan la bienvenida a su casa. Te dicen Messi, Maradona, y un mozo nos mencionó a Ginóbili. Se ponen contentos. En la aduana se sorprendieron para bien al ver que éramos argentinos. En cualquier lugar de Croacia hay un nene con una camiseta de Messi”.

En Montenegro, por ejemplo, les pasó de perderse, girar en una callecita y encontrarse con un mural de Diego. “Adiós el Pibe de Oro”, decía. ¡En medio de Montenegro!”, recuerdan y todavía se sorprenden.

Ahora, desde un lugar que describen como increíble sobre una playa del Mar Negro en Bulgaria, dicen que tienen que “pisar el acelerador” para seguir avanzando y emprender viaje rumbo a Turquía.

El plan original era pasar de Turquía a Georgia y después a Armenia, porque ahí tienen amigos y podían hacer una nueva parada, pero el enfrentamiento fronterizo entre Armenia y Azerbaiyán los obligó a modificar la hoja de ruta.

A partir de ese cambio, en Estambul deben conseguir la visa para entrar a Irán (“en unos días tiene que salir”) y atravesar el país para cruzar el Golfo Pérsico en ferry. “Los europeos pueden ir por Irak y Kuwait, hacer todo por tierra, pero con pasaporte argentino la única ruta es por Irán y después, en ferry a Emiratos Árabes”.

“Vamos a empezar a pasar por zonas más picantes, y la idea es evitar riesgos. Nos cruzamos con otros argentinos en Macedonia, hicimos un asadito, y ellos ya están en Turquía. Esperamos encontrarnos para hacer la última parte juntos”.

Mientras avanzan, cuentan que enviaron cientos de mails para conseguir alguna autorización para la última frontera que deben cruzar. “Entendemos las restricciones. Entendemos que prioricen la circulación de buses, pero hay tres o cuatro que estamos yendo en auto desde España. Por eso pedimos ayuda a la embajada o a la AFA para poder tramitar algún permiso especial después de haber recorrido 9.000 kilómetros”, relata Fede.

Y completa Justi, algo más molesta con las trabas: “Está claro que no es un drama, es una aventura y estamos disfrutando todo, pero nos gustaría llegar a alguien de la AFA o al consultado. Estamos reclamando algo que es justo, que nos ayuden”.

Fuente: Ramiro Scandolo – Ole

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