El vice intendente Daniel Passerini precisó que se trató de un estudio programado. Contó que estuvo con el intendente luego de la operación y que todo salió de acuerdo a lo previsto.
“Se encuentra muy bien”, subrayó el viceintendente Daniel Passerini al hablar del estado de salud del intendente Martín Llaryora, que este jueves se sometió a una angioplastia.
En diálogo con Telenoche por canal 12 de Córdoba, Passerini remarcó que el intendente eligió hacerse los estudios este fin de semana largo, considerando que iba a necesitar al menos 48 horas de reposo.
Una vez finalizada la intervención, el viceintendente, que además es médico, comentó: “Yo estuve con Martín una hora o dos horas después de habérselo realizado, se encontraba muy bien en compañía de su esposa, estuvimos charlando, va a permanecer unas horas más en el sanatorio y ya seguramente va continuar el reposo en su domicilio y el lunes va a retomar la actividad.
“Inmediatamente después de hacerse el estudio estaba en la unidad coronaria que es lo que corresponde, lo iban a pasar a sala común y entiendo que entre esta noche y mañana temprano ya está en su casa”, agregó Passerini, quien este jueves participó del encendido del arbolito navideño en el Parque Sarmiento.
El viceintendente remarcó que Llaryora no tuvo “ninguna consecuencia posterior” al procedimiento.
“La única condición en estos casos es, como se aborda una arteria femoral en la pierna, por el riesgo de sangrado posterior tiene que permanecer en reposo, no puede caminar, por eso Martín decidió hacerlo en el día de la fecha”, completó el vice.
¿Qué es una angioplastia? la intervención que le realizaron a Llaryora
El médico cardiólogo Néstor Benítez (M.P: 15987) explicó ante las cámaras de El Doce que la definió como “un procedimiento invasivo que se utiliza para observar en principio cómo está la circulación de las arterias coronarias”.
El profesional advirtió que las obstrucciones pueden “producir anginas inestables, lo que se conoce vulgarmente como pre infarto o directamente infarto”.
Este procedimiento consiste en la colocación de un catéter que se puede colocar a nivel de la región inguinal o a nivel de la región de la muñeca. Es un catéter de exploración y dentro de ese catéter se ingresa otro catéter que inyecta líquido de contraste para ver qué grado de obstrucción pueden llegar a tener las arterias coronarias”.
Detalló que una vez detectada mediante la coronariografía, comienza la intervención en la zona específicamente obstruida. “Se saca el primer catéter y se coloca otro con un balón inflable para destapar puntualmente esa obstrucción u oclusión parcial“, describió.
Sobre los motivos de las obstrucciones, Benítez afirmó que “por lo general se debe a la acumulación de grasa o un coagulo de sangre mediado por una trombosis coronaria”. Añadió que “se infla el balón, aplastando el coagulo o esa placa de colesterol, para dilatar la zona obstruida”
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El médico lexplicó que en ese momento puede colocarse un stent para evitar obstrucciones futuras en las arterias.
– ¿Qué tiempo de recuperación o internación puede tener un paciente tras esta intervención?
– Es difícil contestarla en forma directa, depende del grado de obstrucción que tenga y de la longitud que tenga esa obstrucción. Generalmente, como tiempo máximo de recuperación, si está todo dentro de los cánones normales de la evolución, en 48 o 72 horas puede estar de alta.
¿Cuáles son los cuidados posteriores?
– Depende de varios aspectos. Primero si hubo o no una lesión del músculo cardíaco, o sea si hubo o no un infarto. Si no hay infarto, está dentro de los cinco o seis días; y si hay una lesión de infarto dependerá de la magnitud de ello.
En qué tipo de personas se producen estas obstrucciones con mayor frecuencia?
– Los pacientes que tienen mayor riesgo de obstruirse y de tener una patología coronaria cardíaca, con un infarto o una angina de pecho, son aquellos con sedentarismo, sobrepeso, obesidad, diabetes, hipertensión arterial, personas fumadoras o con aumento de colesterol.
Benítez advirtió que estos episodios cardíacos pueden producirse en cualquier edad de la vida, sin embargo indicó que “el grupo etario que siempre tiene mayor riesgo oscila entre los 45 y los 55 años”. Y observó: “Por la característica socioeconómica y de estrés que últimamente el pueblo está viviendo, vemos personas que tienen infartos a los 42, 40 o 39 años. Ha ido disminuyendo en edad en la última etapa”.