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Sergio Massa y un mensaje para Alberto: dirimir las diferencias en una primaria es “un gravísimo error”

Sergio Massa y un mensaje para Alberto: dirimir las diferencias en una primaria es “un gravísimo error”

“Un gobierno de coalición tiene la obligación de dar certidumbre”, expresó en un claro mensaje al actual presidente que sigue propiciando otras candidaturas para las PASO. El ministro de Economía fué muy claro: si hay primarias las mirará desde afuera.

“Esto de dirimir en una primaria si el gobierno tiene diferencias me parece un gravísimo error, (porque) lo que hace es darle incertidumbre a la gente y estamos para dar certidumbre”. Era una secreto a voces que Sergio Massa estaba en contra de las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), al punto de que en 2022 se ponunció a favor de derogarlas cuando el sistema político discutía qué hacer con esa herramienta. En medio del debate interno del Frente de Todos entre una candidatura de consenso y una competencia, en privado el ministro de Economía auspiciaba lo primero. Ahora, en un claro mensaje a la Casa Rosada en general y a Alberto Fernández en particular, el tigrense se sumó a la militancia oficialista en contra de las internas.

Mientras el Frente Renovador espera el resultado del Congreso del PJ Nacional del 16M para hacer su propio plenario, que lleva una demora de una año y con el que podría alimentar el clamor por una candidatura de su jefe, Massa condicionó su eventual postulación a dos variables que no son el dólar ni la inflación: la familia y las PASO.

“A veces no es solo lo que uno quiere sino el contexto. Una es la familia. El tema del contexto familiar para mí es todo un tema”, comenzó diciendo ante el auditorio de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en la Argentina (AmCham). “La familia que tengo es lo más importante que construí en mi vida y eso es un condicionante”, completó Massa. No es la primera vez que menciona este tema como uno de los que podría influir en su futuro político. Ya lo había hecho en una entrevista conjunta que dio con su hijo Tomás el año pasado, después de que en charlas con empresarios dejara trascender que podría pasar el turno electoral del 2023 para mirar a las presidenciables de 2027.

Lo más novedoso del discurso massista fue el otro condimento de la ecuación, que sonó a mensaje hacia Fernández. “Lo segundo es que yo creo que un gobierno tiene la obligación de dar certidumbre, Nos tenemos que pelear puertas adentro”, advirtió. Bajo el argumento de que los trapitos sucios se lavan en la Casa (Rosada), agregó: “Soy parte de una coalición de gobierno y quiero que mi coalición siga gobernando; para eso, tenemos que decirle a la gente es lo que nos tocó resolver, lo que no pudimos resolver y hacia donde vamos; no poner a pelarnos sobre diferencias que tienen más que ver con cuestiones de posicionamiento individual”.

“Si la pelea es de posicionamiento individual, prefiero mirar desde el costado”, condicionó el ministro. Hasta ahora, dentro de la administración albertista no hay acuerdo para buscar un candidato de consenso. Se sabía que Massa apoyaba esa moción, pero hasta ahora no la había explicitado. Quienes apuestan por su candidatura, en un camino en el que le aparecieron piedras inflacionarias por la última corrida del dólar blue, lo imaginan como una síntesis del FdT, una figura apoyada tanto por el Presidente como por Cristina Fernández de Kirchner. Con esa condición desembarcó en el Palacio De Hacienda, a pesar de que Fernández resistió lo que pudo con el interinato de Silvina Batakis tras la caótica salida de Martín Guzmán.

La calesita de candidatos

Al ritmo de la suba de precios, Fernández motivó a que otros competidores se sumaran a la carrera para cumplir sus deseos del 17 de noviembre de 2021, cuando dijo que todas las postulaciones de la coalición debían sortear las PASO. Al ministro del Interior, Eduardo De Pedro, se sumaron el embajador Daniel Scioli y el jefe de Gabinete, Agustín Rossi. En el mismo escenario que Massa, el exgobernador bonaerense no sólo revalidó este martes su precandidatura, sino que hasta ensayó que completaría su binomio para la boleta con una figura del interior para ofrecer una fórmula federal.

En Economía enarbolan números, electorales, para argumentar en contra de la competencia como estrategia electoral. El entorno de Massa aduce que, si los 30 puntos de piso histórico del PJ quedan diluidos entre dos o tres postulaciones, corren el riesgo de que nominalmente el candidato del oficialismo quede tercero en las PASO. Sin dar nombres, pero imaginando el trío Scioli-Rossi-De Pedro, el fantasma que agita el massismo es que el más votado de ellos tres quede por debajo de quien gane la interna de Juntos por el Cambio (Horacio Rodríguez Larreta o Patricia Bullrich) y del libertario Javier Milei.

El único puede ser Massa o no, agregan para que no quede como un autoclamor. “Con uno solo, sea quien sea, ganamos. Si no, todos son candidatos enanos”, advierten, apelando a una metáfora que circulaba en el albertismo cuando todavía Fernández no se había bajado: se jactaban de que todos eran enanos, pero uno tenía el bastón. Ya no está el del bastón en la carrera.

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