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Massa arma mesa en Córdoba y pone en marcha la ambulancia

Massa arma mesa en Córdoba y pone en marcha la ambulancia

El precandidato de Unión por la Patria recibió el miércoles a la noche a un grupo de cordobeses para hablar del armado provincial. Quiere sacar quince puntos en las PASO. Un día antes, Rossi se había reunido con otro grupo grande de dirigentes del PJ no schiarettista.

Sergio Massa empieza a armar en Córdoba para las elecciones PASO, con la idea de obtener el 13 de agosto unos quince puntos del electorado más antikirchnerista del país. El miércoles, luego de recibir el apoyo de los gobernadores del PJ en una reunión en el CFI donde estuvo su candidato a vicepresidente, Agustín Rossi, y su designado jefe de campaña, Wado de Pedro, el tigrense recibió en el Ministerio de Economía a una delegación de cordobeses, varios de los cuales van a ser parte de su mesa política en la provincia. Estuvieron el intendente de Villa María, Martín Gill, el reelecto de Leones, Fabián Francioni, el ex funcionario delasotista y actual titular de la Casa de la Moneda, Angel Mario Elletore, el riocuartense funcionario del Ministerio de Transporte de la Nación, Marcos Farina, y la legisladora provincial de Hacemos Unidos por Córdoba, Tania Kyshakevych.  

No es la primera comitiva de cordobeses que va a Buenos Aires en el marco del armado para la fórmula oficial de Unión por la Patria. El martes, Carlos Caserio encabezó una reunión con Agustín Rossi en la Jefatura de Gabinete, en la cual participaron una treintena de dirigentes, como el legislador electo y excandidato a gobernador Federico Alesandri, la titular del PAMI Córdoba, Olga Riutort, intendentes recién electos como Raúl Cardinalli, de Cosquín, y los gremialistas Héctor Morcillo, Ilda Bustos y Juan Monserrat, entre otros.

Anoche, un confiado Massa junto a su armador central Juan José Alvarez y los visitantes mediterráneos hablaron más de 90 minutos. Evaluaron el escenario Córdoba, tanto en lo que hace a la chances electorales de UP en el distrito como a la actual coyuntura del oficialismo provincial. El precandidato presidencial aspira a que se sumen más intendentes y referentes de los que ya giran en la órbita de Gill o de Caserio, en el marco de la dispersión del PJ que avizoran luego del ajustado triunfo electoral de Martin Llaryora sobre Luis Juez, el 25 de junio, frente a un escenario complicado en Capital para el 23 de julio, y con el telón de fondo del malestar de la dirigencia PJ por la estrategia política del gobernador Juan Schiaretti, que se acercó a Horacio Rodríguez Larreta para armar un frente “antigrieta”. Los datos que se compartieron anteanoche le dan al candidato a intendente de Hacemos Unidos por Córdoba, Daniel Passerini, diez puntos debajo del radical Rodrigo De Loredo, a algo más de quince días de las elecciones municipales. Una derrota oficialista en la ciudad más importante de la provincia, evaluaron, golpearía la construcción del sanfrancisqueño y las chances de Schiaretti en las primarias en Córdoba.

La  mirada dista de la que tiene el jefe del Panal, quien el martes convocó al Centro Cívico a cuarenta y cuatro dirigentes del interior, entre legisladores, legisladores electos e intendentes para pedirles un esfuerzo de trabajo territorial, casa por casa, voto por voto, para la fórmula que encabeza junto a Florencio Randazzo, que se presentó oficialmente ayer en CABA.

A diferencia del entusiasmado Massa, que aseguró estar convencido de “arrasar a votos” al ganador de la interna de Juntos por el Cambio, Schiaretti ve un 2023 de derrotas peronistas alrededor de Córdoba y a nivel nacional: además de los resultados de San Juan y San Luis, considera que Santa Fe y Entre Ríos también pasarán a manos amarillas, al igual que la provincia de Buenos Aires. En esa charla en el Panal, el mandatario valoró el triunfo de Llaryora como una victoria difícil de un peronismo anti K que quedará en pie en medio de derrotas PJ, y que tendrá, en cuatro años, la responsabilidad de “reconstruir un peronismo sin kirchnerismo” para gobernar el país. 

Massa tiene previsto venir a Córdoba “las veces que haga falta” a hacer campaña antes de las PASO. Como se dijo, apuesta a sacar quince puntos en agosto y entre 30/35 en la primera vuelta de octubre. Con respecto al voto K cordobés duro, que probablemente vaya en las primarias a la fórmula Juan Grabois-Paula Abal Medina, entiende que todo lo que saque el dirigente social será para él en las generales. No le preocupa, en cualquier caso, es voto con el que ya cuenta el espacio.

Ahora, la obsesión del tigrense es sumar más dirigencia del peronismo cordobés, que fue su aliado en 2015 de la mano del fallecido José Manuel de la Sota. La alianza UNA donde ambos compitieron fue la fuerza más votada en Córdoba en las primarias de ese año, con el 38,8% de los votos, de los cuales 32 puntos fueron para De la Sota. En las generales, Massa quedó segundo en la provincia con 443 mil votos, relegando al tercer lugar a Daniel Scioli, con el Frente para la Victoria, que obtuvo 418 mil. El primer lugar fue para Mauricio Macri con un millón 155 mil votos. 

La vieja figura de la ambulancia apareció en la conversación que dejó muy motivados a los interlocutores cordobeses. El titular de Economía dice que la tiene lista para cargar a todos los heridos que dejó el proceso electoral provincial con incorporación de radicales y de Pros en la alianza oficialista, más los malquistados con Schiaretti por las derrotas en sus territorios, que consideran fruto de la negativa del gobernador a habilitar la re-reelección. En breve, aseguran los massistas, se van a sumar más dirigentes a la mesa política en formación.

*Por: Betina Marengo para Alfil

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