Sucedió en una ceremonia organizada por el cura popular Mariano Oberlin, en barrio Múller. Congregó a casi todos los sectores del PJ Capital. Tanto oficialistas provinciales como oficialistas nacionales.

En la Iglesia Católica no cayeron para nada bien los dichos de Javier Milei sobre el Papa Francisco. El candidato a presidente libertario habló del sumo pontífice como el “representante del maligno en la tierra” y detonó los resortes de defensa política y religiosa hacia el líder del Vaticano.

En ese orden, en Argentina se celebraron numerosas ceremonias de desagravio contra Francisco, a las que no faltaron las figuras políticas. Todo ello, claro, en una evidente movida de campaña.

Un ejemplo de ello fue la reciente misa que tuvo lugar en Córdoba, en la que todo el crisol del PJ se congregó para dar su apoyo al Papa. Algo difícil de lograr teniendo en cuenta la interna peronista entre cordobesistas y kirchneristas.

La ceremonia, organizada por el cura popular Mariano Oberlin, congregó a casi todos los sectores del PJ en Córdoba Capital. Tanto oficialistas provinciales como oficialistas nacionales compartieron el mismo espacio, aunque sin mezclar los tantos.

Cabe recordar que Juan Schiaretti también es candidato a presidente y que su estrategia principal es la de mostrarse opositor a la propuesta de Sergio Massa y Unión por la Patria. No obstante, ello no impidió la congregación de algunos dirigentes representativos en el mismo lugar.

En una parroquia de barrio Müller, Oberlín invitó a los dirigentes que se presentaron a “construir diálogo, paz e inclusión”. El cura es conocido en Córdoba por su obra de recuperación de adictos y su lucha constante contra el narcotráfico.

“Optamos por una política que busca el bien común, teniendo en el centro a la persona humana”, dijo el sacerdote defendiendo a la figura papal de la feroz crítica de Milei. “Se refirió a Francisco con el peor de los insultos, atravesando todas las fronteras del odio, mientras el papa no hace más que actualizar la doctrina social de la iglesia”, aseguró.

En el recinto estuvieron presentes dirigentes del cordobesismo como el intendente electo Daniel Passerini, la senadora Alejandra Vigo, y la diputada Natalia de la Sota. Mientras tanto, para el oficialismo nacional se hicieron presentes la diputada Gabriela Estévez y el sindicalista Juan Monserrat.

“Uno se pregunta si alguien con ese desorden emocional, que no puede encontrarse con quien piensa distinto sin gritar o insultar, puede soportar las tensiones propias del cargo público al que aspira”, cuestionó el cura. Una frase que se repitió en casi todas las críticas extensas al economista porteño.

Dentro del PJ y de cara a octubre ven en la disputa Iglesia contra Milei un potencial cisne negro para el candidato libertario. En ese orden, varios de los dirigentes dentro del universo peronista han intentado estrechar lazos con los eclesiásticos.

Uno de ellos es Martín Llaryora, quien está a la espera de un encuentro con Francisco en Roma. El gobernador electo de Córdoba viajó a la capital italiana para presenciar personalmente el nombramiento como cardenal al obispo cordobés Ángel Rossi.