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Llaryora sumó a un ácido opositor para un ministerio clave en su gestión

Quinteros quedó en el radar de Llaryora en la campaña municipal, cuando el opositor se presentó como candidato a intendente por el sello Somos Córdoba y desplegó un ambicioso plan de "seguridad municipal"

Quinteros quedó en el radar de Llaryora en la campaña municipal, cuando el opositor se presentó como candidato a intendente por el sello Somos Córdoba y desplegó un ambicioso plan de "seguridad municipal"

Juan Pablo Quinteros, quien llegó a la política de la mano de Luis Juez, tendrá a su cargo el ministerio de Seguridad, la brasa caliente de la futura gestión.

Con una jugada que sorprendió al peronismo, Martín Llaryora designará como ministro de Seguridad a Juan Pablo Quinteros, un ex juecista que fue durante 20 años un severo opositor a los gobiernos de José Manuel de la Sota y Juan Schiaretti; quien se sentará en la silla más caliente de la próxima gestión, ya que la inseguridad es la principal demanda hacia la administración cordobesa.

La llegada del actual concejal Quinteros al corazón del poder cordobés no pasó inadvertida en el oficialismo ni en la oposición: en el inicio de la gestión Llaryora, Quinteros apodó “el Señor de los Rodillos” al intendente, una manera de criticar, por superficial, la gestión municipal. Sin embargo, la chicana no dañó la relación personal, forjada cuando ambos compartían la Legislatura: Llaryora como vicegobernador y Quinteros como vicepresidente primero, en representación del bloque opositor.

Quinteros quedó en el radar de Llaryora en la campaña municipal, cuando el opositor se presentó como candidato a intendente por el sello Somos Córdoba y desplegó un ambicioso plan de “seguridad municipal”, el que tuvo como asesor técnico a Miguel Robles, ex subsecretario de Seguridad de la Nación, y el aval público de Soledad Laciar, la mamá de Blas Correas, el adolescente asesinado en un control de la Policía de Córdoba, hecho que desató una fuerte crisis en el Gobierno de Schiaretti.

Luego de las Paso, Llaryora convocó al concejal para ofrecerle que se hiciera cargo de la cartera de Seguridad, con un plan que tendrá como pilares la implementación de esquemas de prevención ciudadana, a cargo de los municipios, y el combate al narcotráfico, acción que requiere una articulación con el Ministerio Público Fiscal, del que dependa del Fuerza Policial Antinarcotráfico.

“Con esta decisión, Llaryora muestra la amplitud de su proyecto político, pero también hay una señal hacia dentro: muchos se escondieron para no agarrar Seguridad, que es una picadora de carne. Martín valora mucho que Juan Pablo no le haya quitado el culo a la jeringa”, dice un ministro que banca la incorporación del otrora opositor.

Con esta decisión, Llaryora muestra la amplitud de su proyecto político, pero también hay una señal hacia dentro: muchos se escondieron para no agarrar Seguridad, que es una picadora de carne. Martín valora mucho que Juan Pablo no le haya quitado el culo a la jeringa

Aunque es hijo de una familia de la aristocracia cordobesa, Quinteros militó en el peronismo. En 2003, dejó la Justicia para incorporarse al “Partido Nuevo”, el proyecto con el que Luis Juez llegó a la Municipalidad de Córdoba. Es tal la confianza entre Juez y Quinteros que éste quedó como subsecretario de Desarrollo Social, apenas un escalón debajo de Daniel Juez, el hermano del intendente.

La sociedad entre Juez y Quinteros se rompió en marzo de 2019: ante la ruptura de Cambiemos en Córdoba, que compitió entre sí con dos facciones (Ramón Mestre versus Mario Negri) el futuro ministro renunció a su banca de legislador y denunció que el colapso de la colación era una jugada acordada entre Schiaretti y Mauricio Macri. “Deje de hacer política con Juez para no dejar de ser su amigo”, repite Quinteros en clave crítica hacia su antiguo jefe.

Sus intervenciones en la Legislatura y en el Ente de Control de los Servicios Públicos -donde fue vocal por el juecismo- fueron siempre ácidas contra el delasotismo y el schiarettismo. Por eso, en los núcleos duro de ambos espacios la decisión de Llaryora no cayó bien. Aunque le reconocen al futuro ministro una amplia capacidad de trabajo, rápida lectura política y la virtud de comunicar de manera eficaz.

El año próximo, Quinteros administrará 355 mil millones de pesos (más los ajustes que puedan hacerse), con fuertes inversiones en tecnología y armas no letales. También se pondrá en marcha un ambicioso plan de obras para mejorar las comisarías.

La puesta en marcha de los cuerpos de prevención municipales será el principal desafío político, porque deberá articular con los intendentes, haciendo equilibrio para que estos sean socios de los problemas de la inseguridad, no sólo de las victorias.

Quinteros también es conocido por su enorme capacidad de resiliencia: en 2010 estuvo al borde de la muerte por un problema respiratorio agravado por su condición de obesidad. Cuando salió del trance, comenzó un proceso de transformación que lo llevó a correr 10 kilómetros diarios y participar de maratones. Dicen en su entorno que la posibilidad de correr por el Parque Sarmiento es “innegociable” para él.

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