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Empezó la rosca para designar al nuevo Defensor del Pueblo de Córdoba

Empezó la rosca para designar al nuevo Defensor del Pueblo de Córdoba

El radical Mario Decara dejará el organismo en mayo después de 16 años. La Legislatura debe acordar su reemplazo. Un histórico pacto bipartidista en jaque.

Con 16 primaveras al frente de la Defensoría del Pueblo de la provincia de Córdoba, el radical Mario Decara empieza a empacar sus bártulos para dejar el cargo que logró gracias a los diálogos transversales de la política, el prototipo temprano del Partido Cordobés de Martín Llaryora.

Durante cuatro ciclos consecutivos, peronistas y radicales de la Legislatura dejaron atrás la ideología partidaria para pactar nombres y cargos en el organismo. Solo enfrentaron el solitario discurso del vecinalista Aurelio García Elorrio, que parecía que venía del futuro cuando apelaba a prácticas de casta para exponer el trato bipartidista por Decara.

La pregunta que pica ahora es si las partes están dispuestas a refrendar ese acuerdo no escrito, que dejaba la Defensoría a la primera oposición. Si así ocurriera, quedaría claro que la transversalidad que propone Llaryora como método de construcción política, molesta, pero no tanto cuando hay rosca.

El intendente de Río Tercero, Marcos Ferrer, tiene un nombre en carpeta: el correligionario Julio Ochoa. La propuesta está rodeada de las folklóricas versiones paralelas que se tocan en cada apuesta. La primera de ellas tiene como fogonero al referente de Evolución, quien ha demostrado sus ambiciones de avanzar casilleros en la estructura partidaria después de su reelección municipal.

También es cierto que la promoción del tribuno de cuentas capitalino le caería al pelo a Rodrigo de Loredo porque la vacante en el organismo de control de los actos de gestión de Daniel Passerini sería ocupada por Esteban Bria, mano derecha del jefe del bloque boinablanca en Diputados. Ferrer y el excandidato municipal son muy buenos amigos, pero mejores socios.

Julio Ochoa, vocal del Tribunal de Cuentas de la ciudad de Córdoba.
Julio Ochoa, vocal del Tribunal de Cuentas de la ciudad de Córdoba.

Con todo, Ochoa es un hombre bien codeado con la familia Negri. De hecho, en el poroteo interno de aportantes a la lista capitalina de De Loredo, el entonces jefe de campaña, Juan Negri, lo asumía como propio. El padre tiene sus tensiones con la dupla renovadora radical, pero el hijo se lleva de mil maravillas.

Esta vez, el PJ juega

El interés final en este nombre compartido entre dos núcleos enfrentados de la UCR cordobesa se verá en el momento del acuerdo legislativo. Ahora bien, el peronismo también tiene un nombre guardado: Francisco Fortuna, legislador e integrante de la mesa chica de Juan Schiaretti.

La situación hace suponer que el cordobesismo piensa revisar el viejo trato que cedía a la oposición la Defensoría.

Los gobernadores radicales Eduardo César Angeloz y Ramón Bautista Mestre mantuvieron a ombudsman del palo. El bellvillense y billarista condecorado, Nelson Filippi, ocupó la entidad desde 1994 a 2005. Por razones de salud, quedó a cargo la defensora adjunta, Jessica Valentini, hasta 2008, momento en el que el oficialismo impulsó al opositor Decara.

Truco repetido

En los pasillos de la veraniega Legislatura se escucha la posibilidad de que la discusión se declare desierta. Es decir, que Llaryora no proponga al titular de la Defensoría y en su lugar asuma la posta el defensor adjunto Hugo Pozzi.

Llaryora quiere minimizar al máximo los contrapuntos en una Legislatura partida en dos mitades entre Hacemos Unidos por Córdoba y Juntos por el Cambio. Un ejemplo reciente es la decisión de no proponer un reemplazo en el Tribunal Superior de Justicia, tras la renuncia de la vocal Mercedes Blanc de Arabel.

Oficialismo y oposición saben que la Defensoría de Pueblo es un cargo que se ocupa con el acuerdo legislativo. Ni Ramón Mestre como presidente de la UCR pudo imponer a su hombre de extrema confianza para el cargo, Jorge Font. Esa práctica no cambia.

La propuesta surge del Ejecutivo, pero el radicalismo no querrá ceder ese espacio que por derecho adquirido quiere mantener. No obstante, la negociación no podrá mantenerse ajena a la tensión que impregna el recinto con un Partido Cordobés voraz y una coalición que hace esfuerzos diarios para mantener la trabajosa unidad de la campaña electoral.

Fuente: Con información de Yanina Passero para Letra P

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