La decisión se oficializó con un duro documento. Acusan al gobernador de sostener lazos políticos con Macri. No estuvo Martín Gill, que al otro día recibió a Schiaretti.
Tres diputados nacionales, cuatro funcionarios, dos legisladores, cinco organizaciones sindicales, cinco sellos partidarios, 13 organizaciones sociales y territoriales, y 33 intendentes e intendentas.
Con esos créditos y con la ausencia resonante del villamariense Martín Gill, la pata cordobesa del Frente de Todos se reunió este lunes en la Ciudad de Córdoba y comunicó oficialmente la decisión de presentar listas propias en las elecciones provinciales del año próximo despejando dudas respecto de la ruptura con el espacio del gobernador Juan Schiaretti y la alianza que gobierna la provincia desde 1999.
“Estamos convencidos de que debemos trabajar por una Córdoba con prioridades en la justicia social, el desarrollo local de todos los municipios y el fortalecimiento de la democracia. En primer lugar, queremos una Córdoba con justicia social e integrada a un modelo de crecimiento de país. Actualmente, la provincia de Córdoba posee las tasas de desempleo y pobreza más alta del país, siendo las juventudes las más perjudicadas”, señala el texto que terminó de acordarse en un encuentro que tuvo lugar en la sede cordobesa del Sindicato de Trabajadores de Industrias de la Alimentación.
“Por ello, vamos a trabajar por una Córdoba que genere oportunidades reales y no solo obra pública”, aseguró el cuerpo de representantes que tiene como referentes más importantes a la camporista Gabriela Estévez; el vicepresidente del Banco Nación, Carlos Caserio; y los diputados nacionales Pablo Carro y Eduardo Fernández.
En la cabecera de la reunión también se destacaron las presencias del exsecretario de Derechos Humanos Martín Fresneda y los intendentes Fabián Francioni (Leones) y Federico Alesandri (Embalse). También ocuparon un lugar importante los secretarios generales de la Unión de Educadores de la Provincia, Juan Monserrat; la flamante titular de la CTA de los Trabajadores de Córdoba, Leticia Medina; y el anfitrión, Héctor Morcillo.
Si bien los diferentes sectores que estuvieron personificados en la reunión de este lunes habían anticipado su decisión de avanzar con un armado propio para disputar espacios de representación en las elecciones del año próximo, la oficialización de la decisión representa el quiebre final con el peronismo mediterráneo que desde hace tiempo se identifica como el único espacio peronista que se reconoce opositor al gobierno nacional.
Pese a los vasos comunicantes que pueden sostenerse con algunas áreas de la administración Schiaretti y con la gestión capitalina que encarna Martín Llaryora, la decisión despeja dudas respecto de un posible acercamiento que, con el antecedente de 2019, hubiese significado un nuevo corrimiento para no perjudicar a Hacemos por Córdoba en favor de las intenciones de la principal fuerza opositora en la provincia, Juntos por el Cambio (JxC).
“Queremos una Córdoba en donde se puedan pensar diferente y generar nuevas ideas. Debemos fortalecer la democracia en Córdoba, volver a hablar de los problemas y construir alternativas sin soberbia”, dice otro fragmento del documento que anticipa el palo principal que derrumba cualquier tipo de acercamiento con el espacio schiarettista.
“Es sabido que el gobernador Juan Schiaretti acompañó en 2019 la campaña por la reelección del candidato de la derecha, el expresidente Mauricio Macri, y sigue en la misma senda. Como justicialista debemos marcar que ese no es el camino. Perón y Evita nos enseñaron que nuestro proyecto es nacional y popular, al lado del Pueblo y no de los poderes concentrados”, aseguraron, marcando esa lectura como límite definitivo.
De cara al futuro, el espacio se propone ampliar la base que quedó manifestada en la foto del lunes y el principal apuntado es Gill, identificado con el FdT y que representa al grupo de dirigentes que aún intenta arrimar los continentes habitados por dos peronismos que públicamente parecen separados por un abismo.
Entre las presencias de este lunes, de hecho, hubo varios representantes comunales que mantienen un diálogo fluido con su par villamariense y que han formado parte de las diversas reuniones que el exsecretario de Obras Públicas ha venido manteniendo en la provincia a lo largo del último año. De hecho, se espera que durante la última semana del año, Gill vuelva a reunirse con su grupo más cercano para delimitar los pasos a seguir en la construcción provincial del año próximo.
Este lunes su ausencia estuvo justificada detrás del argumento institucional que lo tuvo encabezando el anuncia de la Agenda de Verano para la localidad que gobierna desde 2015. El devenir de las semanas, con una temporada estival que se anticipa con mucha rosca, lo volverá a poner en el foco de todas las miradas dentro de un universo en el que el peronismo vuelve a quebrarse en Córdoba, esta vez sin demasiadas chances de una vuelta atrás.
Fuente: Letra P