El organismo nacional detectó faltantes por 60.800 toneladas de maní, valuadas en 1.200 millones de pesos. Se sospecha de evasión fiscal, subfacturación de exportaciones o su comercialización en el mercado marginal, entre otros delitos. 

En un operativo de gran envergadura, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) a través de la Dirección General Impositiva (DGI), desarticuló maniobras fraudulentas llevadas a cabo por una significativa empresa fabricante de alimentos. Las acciones, lideradas por Carlos Castagneto, jefe del organismo, develaron una alarmante cifra de faltante en mercadería.

Durante la fiscalización presencial realizada en una planta situada en Río Segundo, provincia de Córdoba, se detectó un desajuste de 60.800 toneladas de maní, traducido en una valoración económica de 1.200 millones de pesos. Para contextualizar, esta diferencia sería equivalente a cargar 2.030 camiones que, si se alinearan en una carretera, abarcarían una longitud de casi 50 kilómetros.

Pese a que la empresa, propietaria de una prestigiosa marca de golosinas y postres, cuenta con casi un siglo de tradición, los inspectores de la DGI evidenciaron ausencia de documentación respaldatoria sobre la materia prima. Esto da lugar a interrogantes sobre su integración al proceso productivo o su comercialización en la cadena alimenticia.

Las investigaciones sobre el establecimiento con capacidad de almacenar 12.500 toneladas y un procesamiento de 6 toneladas por hora aún continúan. El foco está puesto en determinar la naturaleza de las maniobras detectadas. ¿Evasión fiscal, subfacturación de exportaciones, o ventas en el mercado marginal? Es el dilema que enfrenta el organismo, mientras otorga al contribuyente su derecho de defensa.

Este establecimiento, dedicado a la elaboración de golosinas y chocolates con maní para el consumo local e internacional, declaró ventas por 25.000 millones de pesos en 2022.