Mientras el gobierno de Schiaretti espera una decisión nacional para restringir la circulación, los intendentes presionan para que haya una definición. Las reuniones sociales son el mayor foco de contagio.
Si bien hace mas de un año que convivimos con el coronavirus Covid-19, la situación a esta altura del año dista mucho de lo que sucedía un año atras. En aquellos momentos una gran mayoría de la población estuvo de acuerdo con el confinamiento en cuarentena para “aplanar” la curva de casos. A excepción de las actividades esenciales, el resto se parapetó en sus hogares cual tiempos de guerra, para resistir al “bicho traicionero”.
Pero las restricciones, como sucedió en casi todo el planeta, hicieron resentir la actividad económica como nunca en la historia. Este punto es analizado hasta el más minimo detalle por los gobernantes de todos los colores políticos antes de tomar una decisión. Parece no haber lugar para un nuevo encierro. Aunque también es insoslayable que el ritmo de aumento de casos que hoy vive el país puede poner en jaque el sistema de salud en poco tiempo.
Ante este panorama, y a pesar del crecimiento exponencial de los casos, el gobierno de Córdoba pretende esperar un pronunciamiento de la Nación para luego acompañar. Y en medio de todas esas especulaciones, los intendentes y jefes comunales son los que presionan para que haya una decisión de implementar restricciones nocturnas en todo el territorio provincial. Algo de esto podría surgir de una reunion virtual que los mandatarios locales mantendran con la Provincia el proximo jueves. Ello porque la proliferación de reuniones sociales sin protocolos, y en concreto las fiestas y eventos clandestinos, son la mayor fuente de contagio, y un habitué de los últimos tiempos en Córdoba.
Hasta el momento solo hay 13 de las 427 poblaciones que aplicaron restricciones nocturnas en Córdoba. Las localidades de Ballesteros, Laboulaye, Río Tercero, Huanchilla, Morteros, Brinkmann, Freyre, La Paquita, Altos de Chipión, San Pedro, Seeber y Colonia Vignaud aplicaron restricciones nocturnas durante dos semanas debido al considerable aumento de casos. Sus autoridades decidieron instaurar medidas antes que la situación epidemiológica local los desborde. En tanto San Javier y Yacanto decidieron ademas prohibir las reuniones familiares y sociales por 10 días.
Desde el ministerio de Salud provincial insisten en que las decisiones de restringir deben ser tomadas por los intendentes. A su vez estos se quejan que, sin el acompañamiento provincial les es imposible hacer cumplir cualquier medida.
Por su parte, el intendente de Mendiolaza, Daniel Salibi, en diálogo con Mitre Córdoba afirmó que se solicitó a la provincia que analice los horarios nocturnos. “Se ha hecho una sugerencia al Gobierno de la Provincia que se analice la posibilidad de hacer una restricción en horarios nocturnos. Esto se debe a que notamos que los últimos casos se dan entre los 15 y los 30 años. Tiene un motivo, que son las reuniones sociales.”, dijo.
Por el momento, nadie quiere asumir el costo político de anunciar nuevas restricciones en Córdoba, por lo que esperarían a que lleguen noticias desde Casa Rosada.