El ente garantiza el estatus sanitario de los alimentos y el ajuste de Caputo amenaza con la pérdida de las exportaciones de granos, derivados, lácteos y carnes. Preocupación en gremios y entidades agrícolas.
La feroz tijera sobre la planta del Estado como motor de la batalla cultural contra “la casta” que embandera el gobierno como una cruzada, deja a la administración pública al borde de la parálisis y amenaza con impactar de lleno sobre las principales fuentes de dólares que tiene el país si se avanza con el desguace del Senasa.
El Servicio Nacional de Sanidad Animal es el organismo que se ocupa de los controles sanitarios en la producción agrícola y cárnica y si se concretan los despidos masivos como en otras dependencias, su debilitamiento derivará en el cierre de los principales mercados internacionales.
Es que el Senasa es uno de los engranajes de un complejo sistema sanitario mundial y su certificación local es requisito para lograr la internacional. A su vez, es auditado periódicamente y si las inspecciones no aprueban los estándares los mercados caen automáticamente.
De esta manera, Argentina podría arriesgar las exportaciones de granos, de sus productos derivados como aceites, harinas, de la industria láctea y las carnes si se eliminan los controles básicos perdiendo exportaciones a los Estados Unidos, China, Brasil, Chile, Rusia, Méjico y el sudeste asiático, entre otros destinos comerciales.