A raíz de la filtración y difusión de un vídeo tomado por las cámaras del servicio penitenciario, Adriana Revol, militante anticarcelaria, denuncia métodos de tortura en Bower y en todas las cárceles de la provincia de Córdoba.
En el vídeo que no será replicado para preservar la privacidad de la persona, filtrado por empleados del servicio penitenciario de Bower, se observa cómo torturan a un detenido mediante un método llamado «camas de sujeción».
Adriana Revol, en diálogo con El Resaltador, menciona que las «camas de sujeción» están presentes en todas las cárceles de la provincia: Cruz del Eje, Villa María, San Francisco, no sólo en Bower. Este método de tortura se trata de camas donde se sujeta a los detenidos durante muchas horas e incluso días.
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Adriana denuncia que «atan de pies y manos a las personas, a veces también el torso y el cuello para que queden completamente inmovilizadas. Cuando están mucho tiempo, terminan orinándose y defecándose encima, esto es producto de lo que nosotros llamamos «chalecos químicos», un cóctel de psicofármacos que se les administra para dejar dopadas a las personas por días enteros».
En el mismo sentido, Adriana plantea que «el servicio penitenciario no actúa sólo, sino que cuenta con el respaldo y la protección de médicos y médicas que firman las recetas determinando cuántas horas o días debe estar una persona atada a las camas para «curarse»; sumado a que son esos mismos especialistas quienes disponen la cantidad de psicofármacos que se debe administrar». Al 50% de la población carcelaria se le administra psicofármacos, lo que trae aparejado el riesgo de adicción que eso puede generar.
Un hecho aún más grave, es que Adriana afirma que «esto está avalado también por el Gobierno de la Provincia de Córdoba, por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. Nadie ignora que este método de tortura existe y se utiliza en las cárceles de la provincia».
Además, agrega que «hace algunos años ingresó al penal de San Martín un fiscal de Nación, el fiscal Abel Córdoba, y salió con unas cadenas que había encontrado cerca de enfermería, y desde ese momento lo único que hicieron fue cambiar las cadenas por los abrojos con los cuáles atan a las personas a las camas».
En las cárceles del país y de Córdoba no solo persisten las muertes de personas detenidas, sino que la tortura y los maltratos son moneda corriente. Pero estos no son factores aislados, el aumento de la población carcelaria, la sobrepoblación y su consecuencia inmediata, el hacinamiento, profundizan este contexto inhumano.
La difusión de materiales como éste, constituyen las herramientas necesarias para abolir no sólo las «camas de sujeción», sino todos los métodos de tortura en la cárcel.
Fuente: El Resaltador