Aunque el diputado radical cordobés no dice nada en público, en reuniones privadas no descartó la posibilidad.

¿Podrá Rodrigo de Loredo pasar en tan sólo cuatro años de obtener un tercer puesto en la elección municipal y ser un simple concejal a candidato a vicepresidente de la versión halcón de Juntos por el Cambio? ¿Será su carrera política tan “fulminante” como se ilusionan sus pocos incondicionales en el radicalismo cordobés? ¿Podrá saltarse todas las candidaturas previsibles, llegando a la fórmula sin haber ejercido jamás un cargo ejecutivo?

Todas estas preguntas -varias más y en otro tono- atraviesan por estas horas al radicalismo de Córdoba, luego de que el nombre del diputado nacional comenzara a circular en los borradores del macrismo como una posibilidad para acompañar a Patricia Bullrich, y por qué no al propio Mauricio Macri, quien, como De Loredo, juega al misterio de su candidatura.

Aunque De Loredo no dice nada en público, en reuniones privadas no descartó la posibilidad. Según distintas fuentes, personas que estuvieron con él en las últimas semanas, hace una análisis respectos de potencialidades y riesgos, qué le puede aportar a Bullrich (o Macri) si lo eligen como vicepresidente, qué suma y qué resta a su marca personal, qué resuelve y qué desordena en Córdoba.

Cerca de Luis Juez minimizan esa posibilidad: lo prefieren en la boleta, como vicegobernador o candidato a intendente. Saben que sin la última fórmula ganadora las chances de su jefe disminuyen. Es una respuesta defensiva al movimiento que, intuyen, tiene ADN macrista, con el propósito de desbancar a Juez en su postulación: una ruptura “blanda” de la coalición.

Cerca de Luis Juez minimizan esa posibilidad: lo prefieren en la boleta, como vicegobernador o candidato a intendente. Saben que sin la última fórmula ganadora las chances de su jefe disminuyen. 

Vale recordar que las elecciones provinciales y municipales en Córdoba no tienen aún fecha; y la especulación es que las primeras podrían ser entre el 25 de junio y el 2 de julio; y sobrevuela la duda de qué hará Martín Llaryora con las de intendente: pegarlas o despegarlas, esa es la cuestión. En el llaryorismo quieren que se vote en tándem, por el efecto arrastre. Como sea, los comicios locales serán mucho antes de las Paso.

De Loredo es uno de los radicales más cercano a Macri, pese a este sobrevuelo por Evolución. Llegó al macrismo de la mano de su yerno, Oscar Aguad; ocupó la dirección del Arsat hasta que fue sacrificado cuando las hermanas del exministro Jorge Triaca desataron un escándalo por sus cargos en el Ejecutivo. De Loredo volvió al llano y desde allí reforzó su vínculo con el PRO duro: conformó junto a Nicolás Massot el Grupo Tanti, para disputarle el poder interno a Ramón Mestre y Mario Negri.

Del Tanti salió la primera tropa de De Loredo, con el intendente Gustavo Botasso (Hernando) a la cabeza; y quedó el vínculo directo con la diputada Soher El Sukaria y otros macristas puros, el sector más refractario a Juez, el grupo que no le perdona el haber mandado preso a Germán Kammerath.

De hecho, en su paso por Córdoba, María Eugenia Vidal invitó a De Loredo a su gira por el norte de la provincia y le levantó la mano: “Me parece una buena noticia para Córdoba el liderazgo provincial que Rodrigo está construyendo”, dijo Vidal de De Loredo.

En el equipo político de De Loredo, el grupo ampliado en el que talla Evolución, descreen de la “salida por arriba” del diputado, ante la posibilidad cierta, de acuerdo con las encuestas, de poder disputar la intendencia de Córdoba, una de las grandes administraciones del país, con ingresos proyectados para este año de 221.684 millones de pesos; además de dos entes descentralizados y una empresa de transporte; con más de 300 cargos políticos.

“Rodrigo será candidato a intendente y las elecciones municipales irán separadas, porque el peronismo sabe que si no puede perder la Provincia por el efecto inverso al arrastre que Llaryora genera a favor de Passerini”, dicen cerca de De Loredo. En otras palabras: De Loredo puede hacer gobernador a Juez en una elección pegada, pero no a la inversa. 

Fuente y fotos: LPO