Sergio Massa activó nuevos apoyos en Córdoba, ante la ausencia de Juan Schiaretti y Martín Llaryora. Va por los sindicatos y ya obtuvo el apoyo de la influyente CGT Córdoba.

La campaña de Sergio Massa en Córdoba comenzó un periodo en el que el ministro de Economía disputa metro a metro por incrementar sus votos en la provincia que peor resultado le dio en las generales. Con el objetivo de alcanzar el 30% y lograr un crecimiento del 100% entre elecciones, la mesa de dirigentes encabezada por Juan José Álvarez sigue sumando terreno en apoyo al oficialismo a pesar de la fuerte presencia del voto anti K.

Ahora, el foco está especialmente puesto en el seno del PJ cordobés. Ese espacio se alineó detrás de Juan Schiaretti en las presidenciales y, de cara a noviembre, sería una gran fuente de votos ya que el gobernador de Córdoba y su sucesor Martín Llaryora se declararían prescindentes en una decisión que no esperaban tener que tomar.

Precisamente la bandera blanca que levantarán Schiaretti y Llaryora tras regresar de Medio Oriente dejará vía libre a cada dirigente para pelear por el voto que consideren prudente. Para ambos gobernadores resulta especialmente difícil declarar el apoyo concreto a uno de los dos candidatos ya que en Córdoba, el 80% rechazó a Massa mientras que más del 60% le dijo que no a Javier Milei.

Con esa postura casi sentenciada y la posibilidad de reabrir a Córdoba de cara a una eventual continuidad del Gobierno nacional, Sergio Massa entabló diálogo con múltiples sectores del PJ cordobesista. Así, cientos de intendentes del interior provincial se expresarían en favor del candidato oficialista, además de dirigentes como Natalia de la Sota, quien ya inauguró el apoyo a pesar de que, según aclaró, no se suma a Unión por la Patria.

Por otra parte, Massa abrochó otro apoyo sumamente importante. Incluso más que el de muchos intendentes del interior de improbable influencia.

Se trata de José Pihen, el histórico secretario general de la CGT Córdoba y fiel apoyo a Schiaretti. El dirigente gremial expresó su voto a Massa y con él podría acarrear a toda una estructura de miles de trabajadores afiliados.

“No nos da lo mismo: votaremos a Massa”, expresó el sindicalista. Así, el ministro de Economía comenzaría a penetrar en un sector clave.

Ante una inminente ola de apoyo al oficialismo, Schiaretti y Llaryora se pronunciarían intentando quitarle la marca de Hacemos Unidos por Córdoba a dicho movimiento. Si bien los gobernadores cordobeses darían libertad de acción, el pedido será moderar las muestras de apoyo a un espacio que fue objeto de duras críticas en la campaña presidencial.

Sin embargo, la idea no sería cortar puentes con el candidato oficialista que presenta un escenario positivo de cara a noviembre. Aunque todo manteniendo la cautela.