El intendente quiere completar el trabajo que inició Rubén Martí y siguió Martín Llaryora. Un impulso a la reforma de la carta orgánica. Cómo es el plan.
El proyecto de reforma de la carta orgánica para la ciudad de Córdoba, ventilado ya en el III Congreso de Participación Ciudadana y Descentralización, que concluyó este miércoles, ofrece a Daniel Passerini una posibilidad de proyectar su nombre más allá de las limitaciones que constriñen su gestión.
Inhabilitada su reelección por el mismo marco normativo, obligado a profundizar austeridad y postergar iniciativas por las flaquezas de la caja municipal, el intendente de la capital provincial toma la discusión reformista como resorte hacia una ciudad moderna. Su concreción, quién duda, conllevaría un necesario reconocimiento para sus artífices.
Con obligadas revisiones, la carta orgánica vigente tiene 30 años, el plan que concibe el Ejecutivo tiene a la descentralización política como objetivo principal. Concepto abstracto por definición, implicaría la creación de nuevas divisiones administrativas para la ciudad. El modelo a seguir será el de las comunas, alcaldías o prefecturas, con sus correspondientes autoridades electas por votación popular.
Arriesgada jugada para tiempos en que ya se manifiestan cinchadas para calzarse las ropas de sucesión, desde el gobierno municipal conceden que su concreción podría obrar como boleto a la posteridad.
“Con Rubén Martí la ciudad avanzó hacia la descentralización administrativa. Con Martín Llaryora, la ciudad avanzó hacia la descentralización operativa. Con Daniel la ciudad avanzará hacia la descentralización política”, sintetiza Juan Domingo Viola, secretario de Participación Ciudadana y Juventud de la Municipalidad.
“Se trata de redefinir la representación política, estableciendo un vínculo intermedio entre el intendente y los vecinos”, amplía uno de los nombres clave para dar viabilidad al proyecto.
El bronce para Daniel Passerini
Menciones y cotejos no son azarosos. Martí y Llaryora son dos intendentes que abandonaron la gestión con buena imagen y aprobación de los capitalinos. En 40 años de democracia no sobran tales consideraciones.
Más aún, ambos impulsaron iniciativas para pensar una ciudad con delegaciones del Ejecutivo que se acerquen a las necesidades que se expresan a lo largo y ancho de la ciudad de mayor superficie de Argentina. Para darle sustento a la idea, invitaron a actores sociales de diverso origen, por encima de identidades partidarias. Radical, enfrentado a tótems de la UCR, Martí puede ser considerado antecedente del proyecto de Partido Cordobés. El hoy gobernador no vacila en citar su nombre para rubricar invitaciones.
La descentralización que promueve Passerini toma como referencias necesarias a los mencionados, con sus obras insignes: los Centros de Participación Comunal (CPC) y los Centros Operativos respectivamente.
Daniel Passerini planea la división de la ciudad de Córdoba bajo el formato de comunas, con autoridades a cargo elegidas por el voto popular.
Sin embargo, explican fuentes municipales, por tratarse de una delegación política tomaría como referencia las 14 seccionales que representan la división jurisdiccional propiamente dicha de la ciudad. “No hay un CPC por seccional. Esa representación no es electoral”, expresan.
Inviable resultaría la posibilidad de “empoderar” a los centros vecinales. Opción soñada por algunos como auténtica cesión de autonomías a los vecinos, la sola mención de la cantidad opera como disuasivo: actualmente, la Municipalidad reconoce 363 centros.
Las referencias que toma el gobierno municipal provienen tanto de Argentina con las comunas de CABA como ejemplo más palmario, como de países vecinos: las prefecturas de San Pablo o las alcaldías de México DF. “Todas las ciudades grandes cuentan con instituciones intermedias, cuyas autoridades son elegidas por los vecinos según las necesidades de cada barrio, comuna o región”, amplían fuentes oficiales.
Modelo Córdoba
La descentralización política conlleva, necesariamente, una descentralización económica. Otra pata clave del proyecto que pergeña el Ejecutivo municipal será la validación formal de los presupuestos participativos. Vigentes desde hace años, con disparidades según la zona, no están incluidos en la carta orgánica vigente.
Dicha letra tampoco contempla una mirada integral de la seguridad, una de las principales preocupaciones que atraviesan a las administraciones del Partido Cordobés. La revisión del Código de Convivencia y la definición de las guardias urbanas aparecen en el horizonte de la discusión ya abierta.
Fuente: Letra P