Después del reclamo de la CGT, la ministra de Trabajo, Kelly Olmos, auspicia la iniciativa de Hugo Yasky para bajar el máximo semanal de 48 a 40 horas. No hay fecha de tratamiento.
Alberto Fernández tomó el reclamo de la CGT de reducir la jornada laboral que lanzó en el acto del último martes por el día del trabajador e instruyó a su ministra de Trabajo Kelly Olmos a auspiciar un proyecto para tratar en el Congreso. La iniciativa que más la convenció hasta ahora es el del diputado del Frente de Todos Hugo Yasky, que baja el máximo semanal de 48 a 40 horas.
No hay consenso en el Poder Ejecutivo para avanzar con propuestas más radicalizadas, como la del senador del Frente de Todos Mariano Recalde, que lleva el tope semanal a 36 horas con el objetivo de fomentar la semana laboral de cuatro días. La diputada del Frente de Todos Claudia Ormaechea, del gremio bancario, propone también 36 horas con un tope de seis diarias, mientras que su compañero Eduardo Valdés pide un máximo de 30, al igual que el Frente de Izquierda.
El diputado y secretario del gremio bancario José Palazzo presentó un proyecto para que las ocho horas diarias de trabajo no puedan repetirse más de cuatro veces por semana. El Presidente considera que la iniciativa que menos puede enfrentarlo a las cámaras empresarias es la de Yasky porque imita la reciente legislación de Chile, que bajó a 40 horas semanales la jornada lanboral, al igual que en la mayor parte de Europa.
“Es el más moderado de todos y el único que puede avanzar”, reconocieron fuentes del bloque oficialista que iniciaron las gestiones en el Ministerio de Trabajo. El debate que resta es si hay tope máximo de la jornada diaria o no, porque en caso de no haberlo, la vida de quien trabaja sólo cinco días a la semana no cambiaría demasiado con esta reforma.
Los conceptos para bajar la jornada son las mejoras en la productividad que se registró en los países que la implementaron, por el menor ausentismo y licencias por enfermedad.
El tema no es nuevo en el Congreso: el año pasado hubo varias reuniones de los asesores de la comisión de Legislación Laboral, presidida por la oficialista Vanesa Siley, pero no llegaron a un acuerdo para avanzar. Las principales discusiones eran entre los diputados del Frente de Todos, porque en Juntos por el Cambio están decididos a votar en contra cualquier reducción de la jornada laboral. Ambos frentes tienen 15 votos en la comisión y el desempate es del socialista Enrique Estévez, quien está de acuerdo con bajar la carga horaria de los trabajadores.
El santafesino propone un tope de 36 horas semanales, con una distribución heterogénea en la semana, pero en ningún caso la jornada diaria puede exceder de ocho horas diarias. No pasaría el filtro del Ejecutivo y por lo tanto no está fácil llegar a un dictamen de consenso en el corto plazo. Por esa razón, Siley aún no convocó a la comisión para iniciar el debate, que de todos modos tendría varias jornadas informativas y podría realizarse en forma conjunta con un tema que sí tiene consenso de parte de la oposición, que es la de aumento de licencias por nacimientos y adopciones.
El Gobierno presentó un proyecto el año pasado para extenderla en caso de personas gestantes de 90 a 126 días y para las no gestantes de 2 a 90. En caso de adopción, propone licencias de 2 a 12 días para realizar trámites y 90 cuando se lleva a cabo la adopción. En 2021 se dictaminó un proyecto similar en el Senado, pero nunca llegó al recinto.
La iniciativa se debatió junto a otras 46 presentadas sobre licencias y mejora del sistema de cuidados en foros realizados desde noviembre, coordinados por la diputada del Frente de Todos Mónica Macha, presidenta de la comisión de mujeres y diversidad. El último fue este jueves y en 10 días iniciará el debate en comisión. Tal vez sea en forma conjunta con la reducción de la jornada laboral.