El aspirante oficialista a la intendencia capitalina adjudica a su rival poca voluntad de gobernar. La estrategia para aumentar la cosecha de votos. Llaryora conducción.
A sólo dos semanas de las elecciones para la renovación de autoridades municipales en la ciudad de Córdoba la campaña recién ha comenzado a tomar temperatura. La problemática de la inseguridad domina los cruces entre el viceintendente Daniel Passerini, candidato a suceder a Martín Llaryora por Hacemos Unidos por Córdoba, y el exponente de Juntos por el Cambio, Rodrigo de Loredo.
En diálogo con Letra P, Passerini dirige sus dardos a las cicatrices de la fuerza opositora, sembrando dudas sobre las intenciones políticas del radical. El exministro delasotista, que asegura no mirar encuestas, también descuenta que contará con el apoyo de todo el peronismo para el 23 de julio, restando peso a los rumores sobre posibles quites de colaboración.
En esa dirección, asegura que trabajan en una estrategia para mejorar la cosecha de votos, respecto de los comicios provinciales, en circuitos clave de la ciudad. Entre otros puntos, destaca la necesidad de incrementar el porcentaje de participación del electorado, que hace dos semanas fue del 67% en el total provincial.
-Hay encuestas que indican un elevado nivel de desconocimiento de su figura. ¿Cuánto le preocupa?
-En diciembre, cuando se decidió que yo fuera el candidato para suceder a Martín, a todos les preocupaba el nivel de desconocimiento sobre mí, aunque estaban gratamente sorprendidos porque no tenía imagen negativa y sí alta imagen positiva. A la fecha, todo lo que tenía de desconocimiento ha pasado a imagen positiva. Muchas de las cosas que hago me parece que son obligación, no tengo que andar difundiéndolas todos los días. No soy un youtuber, no soy un tiktoker.
-¿Se refiere a De Loredo?
-A De Loredo la gente lo conoce más por tirarse agarrado a un paracaidista, porque se tiró a una pileta con traje o porque posó un halcón en su brazo. A mí la gente me conoce porque atiendo gratis en un consultorio médico en un barrio, porque ayudo, porque vivo en un barrio abierto, porque tengo el mismo patrimonio que cuando empecé.
-¿Complica sus chances que el triunfo del oficialismo en la provincia haya sido sólo de tres puntos?
-Hacemos una lectura distinta. En la ciudad ganamos casi por ocho puntos. Nuestro triunfo fue contundente en muchísimos barrios donde se ve el impacto de la acción estatal en obras, en servicios. Esa gente prácticamente era ignorada por las gestiones anteriores, que concentraban su acción en el centro y en barrios que tenían problemas resueltos.
-¿Cómo fue la participación del electorado en esas zonas?
-El 25 de junio en esos barrios que nos acompañaron en promedio votó el 60% de la gente. (NdR: 68% fue el promedio en la ciudad). Nuestra expectativa es mejorar nuestra performance en esos lugares, lo cual se hace con trabajo político. Estoy recorriendo personalmente cada uno de esos lugares. Si cumplimos con esa estrategia, vamos a tener un gran resultado.
-Han llegado referentes nacionales para apoyar a De Loredo. ¿Cuán conveniente o perjudicial es para Ud.?
-En esta elección no hay discusión nacional, que sí contaminó la elección provincial, sobre todo en el interior, donde la gente recibe mucha información por los canales de Buenos Aires, donde Luis Juez y De Loredo son prácticamente columnistas. En esta elección la gente va a poner en valoración lo que hizo la gestión de Llaryora, de la cual soy viceintendente, y que el pasado 25 de junio la gente de la ciudad votó de manera predominante.
“Llaryora hoy es el conductor del peronismo de la provincia”
-¿Es un diferencial la pertenencia a un mismo signo político de la gestión provincial y la municipal?
-La experiencia de trabajo conjunto es buena. En 2019, en campaña, cuando íbamos con Martín por los barrios, nos soprendía que la gente no tenía casi expectativas porque la ciudad estaba detonada. Sí tenían una esperanza: que no peléaramos con Schiaretti. Antes Juez se peleaba con De la Sota, Mestre se peleaba con Schiaretti, y la que perdía era la ciudad. Hoy, la ciudad está mucho mejor porque hubo un trabajo complementario con la provincia. De Loredo habla más como jefe de la oposición que como candidato a intendente. Le interesa más, viendo que Juez quedó en el suelo. Quiere ser el primer opositor a Llaryora y ya está pensando en otro objetivo, no en ocuparse de la ciudad.
-Otra lectura de los resultados de las elecciones provinciales apunta al cambio generacional. ¿Se siente parte de ese proceso?
-Hay una lectura obligada: se termina un ciclo en la política de Córdoba, porque durante 24 años De la Sota y Schiaretti fueron las opciones de nuestro espacio para conducir la provincia. Ahora empieza otro ciclo, que encarna Martín, quien no es sólo el gobernador electo. Con 50 años, hoy es el conductor del peronismo de la provincia.
-¿Se siente acompañado por todo el peronismo?
-No hay ningún dirigente que no quiera ganar. Es el espaldarazo previo al desafío que tenemos en las PASO acompañando a Schiaretti. Juan va a necesitar un gran triunfo nuestro para construir su triunfo en la provincia, la fortaleza de su propuesta a nivel nacional.
-A partir del caso que involucra a un candidato a concejal de JxC en un allanamiento de la Policía Antinarcotráfico usted y De Loredo han tenido los primeros cruces.
-La política de Córdoba no tiene que permitir que el narcotráfico se meta. Un candidato de ese espacio político está hoy vinculado. La Policía hizo un allanamiento en la casa del candidato, detuvo a su hermano y secuestró material de campaña de De Loredo, drogas y plata. Como agravante, tras el secuestro de ese material, la pareja del candidato, que también estaba en el lugar, va a exigirle al fiscal que le devuelva una parte de la plata para pagar a punteros políticos. O sea, están financiando la política con plata manchada con la droga. Eso es algo que acusaba Luis Juez, sin pruebas, y que se termina demostrando en un integrante de su espacio, directamente vinculado a De Loredo.
-Dice que están financiando la política con plata manchada con droga. ¿De quiénes habla?
–Cristian Chesarotti es el candidato número 9 de la lista de JxC. Es muy grave. No hay que dar vueltas. El espacio político de De Loredo toma una decisión firme o directamente admite que bancan a un candidato que está vinculado con el narcotráfico.
-Hablamos mucho de inseguridad y de narcotráfico. ¿No revela eso también un fracaso de la política?
-La derrota de la política se da cuando el narco, la corrupción, el lavado de dinero se meten en ella. La política gana cuando los espacios que son elegidos transforman y mejoran las ciudades donde gobiernan. La política gana cuando se va depurando de personas que demostraron que no eran aptos para ella.
Fuente: Letra P