El gobernador pretende que se vote a su sucesor a finales de junio y un mes más tarde se elija a quien comandará la Capital. El intendente y candidato a gobernador quiere que ambas elecciones se hagan el mismo día. Crece la tensión.
El clima en el peronismo cordobés se enrareció en los últimos días a partir de la inquietud que surgió entre el entorno del gobernador Juan Schiaretti y del intendente Martín Llaryora por la fecha para las elecciones en las que se definirán sus sucesores.
Porque si bien parece estar claro que la disputa provincial será entre el último domingo de junio o el primer fin de semana de julio (25 de junio o 2 de julio), las tensiones aparecieron por el intento que hará el schiarettismo de desdoblar los comicios a diferencia de lo que pretenden cerca de Llaryora de votar todo junto: en un mismo día, Provincia y Ciudad.
De acuerdo con lo que publica el sitio LPO, la estrategia del schiarettismo es votar en la capital cordobesa entre un mes y 45 días después de los comicios provinciales. Es decir, entre agosto y septiembre definir al sucesor de Llaryora. Algo que rechaza de manera vehemente el entorno del intendente y candidato a la gobernación.
“Schiaretti tiene potestad para definir los comicios provinciales y poner esa fecha; pero qué día se vota en la Ciudad es decisión de Llaryora”, confiaron a este sitio desde el entorno del titular del Palacio 6 de Julio.
La estrategia de Schiaretti es que Daniel Passerini, quien será finalmente el candidato del PJ para suceder a Llaryora, peleé la intendencia con el respaldo de ‘dos gobernadores’: uno en gestión, que es el propio mandatario provincial y el otro el electo, que sería Llaryora.
Contra esta teoría chocan precisamente los asesores del intendente que ven esquiva la chance al señalar que Llaryora sale a pedirle a sus pares en el interior que peguen la fecha con la elección provincial y él no puede despegar. “Recorrió el interior todo el verano pidiendo que peguen la fecha, no va a ir ahora a diciendo que él con la ciudad de Córdoba despega y va en un domingo distinto al de la elección provincial”, razona el llaryorismo y afirma que podría ser incluso una contrariedad para revalidar la gestión del candidato.
Es decir, debería descontarse que el candidato provincial fije el mismo día la fecha de los comicios en el distrito que gobernó cuatro años para ir por el premio mayor.
Sin embargo, funcionarios del llaryorismo también observan otro riesgo. Una elección municipal en medio del contexto nacional que le imprimirán las Paso le daría argumentos a los que quieren en Juntos a un candidato taquillero como el radical Rodrigo de Loredo para pelear la intendencia cordobesa. Motivando, además, que bajen las figuras nacionales de la coalición a respaldar al candidato para desafiar al PJ.