El oficialismo le saca el cuerpo a los comicios del domingo 17/9 en el este provincial. Cuatro listas en competencia y malos antecedentes para el PJ cordobés.
A tres meses del inicio de la gestión, el gobernador electo Martín Llaryora orejea las cartas. Sabe bien que una de las patas de la gobernabilidad del Partido Cordobés dependerá, en gran medida, de tener la mayor cantidad de intendencias en el bolsillo. Es una movida a dos puntas. En la arena nacional se juega fuerte con el apoyo a Juan Schiaretti y a la aventura que muestra, por primera vez desde 1989, a un gobernador en ejercicio como candidato a presidente. Y con centralidad renovada. Puertas adentro, el intendente que el 10 de diciembre será gobernador juega su propio partido. Obvio. A la par de los acontecimientos nacionales, los juegos de seducción en el hinterland mediterráneo gozan de buena salud ya que las patrias chicas continúan con los comicios que completarán el mapeo de 2024.
En ese TEG, deben anotarse las elecciones del próximo 17 de septiembre en Alta Gracia y Las Varillas, a las cuales el oficialismo concurre con expectativas disímiles. En la ciudad del Tajamar, la elección parece juzgada, con los caciques Facundo y Marcos Torres haciendo los deberes e incluso levantando el perfil de cara a la disputa interna partidaria pos “socios fundadores” del cordobesismo. Las Varillas es otro mundo. Ubicada en el fértil departamento San Justo y con una población 18.000 habitantes y reviste especial atención, el 17 de septiembre acudirá a las urnas con boleta única. Boleta que no tendrá el sello de Hacemos Unidos por Córdoba.
El dato no es menor. Se trata de la ciudad de nacimiento de Manuel Calvo, vicegobernador y legislador electo, además de ser uno de los referentes de la llamada Generación X, de dirigentes de más de 45 años. De yapa, San Justo es territorio llaryorista por excelencia. Junto a la Capital y Roque Sáez Peña fueron los departamentos en donde el sanfrancisqueño hizo parte de la ajustada diferencia ante Juez. El resto de la provincia, Llaryora tiene que empezar a mandar “fueguitos” para poder matchear.
En este contexto, el bajo perfil de la segunda autoridad provincial en la campaña no deja de llamar la atención, más allá de que algunos dirigentes ligados a su espacio trabajan “a titulo personal” para la candidatura de la concejal Cecilia Baldrich (Somos Las Varillas). “El que está es el PJ, no Hacemos por Córdoba. No se inscribió la alianza. Baldrich hizo la campaña sin la visita de ningún referente”, señalaron, aunque la dirigente asegura que trabajará en equipo con Llaryora.
Los números recientes tienen mucho tufillo a aplazo para el oficialismo provincial. En las provinciales, Llaryora se impuso de manera exigua con 4.139 votos y contra 4.081 de Luis Juez. En las PASO, en tanto, Schiaretti quedó en un cómodo segundo plano ante Javier Milei: 38,4% frente al 25,4%. Pese a que estos guarismos que grafican algún tipo de pragmatismo de parte del electorado, cabe preguntarse si el la cordobesismo distinto de ayer pero ¿casi igual? seguirá sin poder levantar la nota.
El antecedente local tampoco ayuda. En 2019, el candidato apoyado por Calvo, Daniel Chiocarello (Hacemos por Córdoba), perdió a manos del intendente Mauro Daniele, quien llegó a la Municipalidad con una alianza entre la UCR, el kirchnerismo y vecinalistas. Las vueltas de la vida (o realkpolitik al palo), Chiocarello finalmente decidió apoyar, y lo hizo público, a la concejal Baldrich.
Con el flamante sello de Todos Juntos por Las Varillas, Daniele busca cuatro años más en la intendencia bajo el paraguas del vecinalismo. Un mes atrás, sufrió un cisma. Luz Calvetti, referente kirchnerista de la zona y funcionaria municipal, pegó el portazo y lo acusó de no reconocer todas “las gestiones que realizó el gobierno nacional” en la ciudad.
Ante la ruptura, se especulaba con el acercamiento de la actual secretaria de Gobierno hacia aguas peronistas. Sin embargo, aseguran que la prescindencia de Calvetti en el proceso electoral es “total”. “No se metió en la campaña”, dicen.
Envalentonado, Daniele se muestra confiado por la campaña sin “cabezones”. “No le pedimos nada a nadie y no nos vamos a sacar fotos con nadie, salvo con nuestros vecinos. Nuestra mejor encuesta es la gestión”, señala ante la consulta de este medio.
Por abajo, afirman que el intendente tiene el apoyo “no orgánico”, pero explícito de la UCR, que también repartió cartas en la lista de Juntos por el Cambio.